El Fantasma de Elena

Ana Layevska dice creer en fantasmas







Miami, 30 jul (EFE).- Ana Layevska interpreta dos personajes que son polos opuestos en “El fantasma de Elena”, la telenovela que se transmite de lunes a viernes por la cadena Telemundo y que constituye todo un desafío artístico para la actriz.

Lejos de las cámaras la actriz se describe como una combinación de extremos: “Soy simpática y antipática, sensible e insensible, madura e inmadura. ¿Es tan difícil para mí describirme? Creo que, dependiendo del momento, puedo ser diferentes cosas”, señaló a Efe.

Esta combinación de características que se oponen la ha ayudado a darle vida a este papel -o papeles- sumido en el misterio, ya que, de acuerdo con la actriz “ni nosotros los actores sabemos a ciencia cierta lo que va a pasar”.

De una cosa sí está segura: “Nunca antes había hecho un personaje así, que nada tiene que ver conmigo. No puedo decir mucho, solo que ella no es mala; está dañada. Es una persona con problemas sicológicos”, agregó.


Respecto al aspecto sobrenatural de la novela, que está inspirada en “Rebecca”, la famosa obra con matices góticos de Daphne Du Maurier, la actriz prefiere guardar silencio, aunque confiesa que, en lo personal, sí cree en los fantasmas y, aunque nunca ha visto uno, “me daría mucho miedo encontrármelo”.

Anna Laevskaya Rastsvetaeva nació en Kiev, Ucrania, de padres rusos. La familia se mudó a México cuando la niña tenía nueve años de edad, por lo que Ana, que recientemente visitó la ciudad que la vio nacer, donde aún viven sus abuelos, dice que se siente “ciento por ciento mexicana”.

Su entrada al mundo de la actuación fue tan pintoresco como sus raíces, ya que no fue algo planeado, sino el resultado de una feliz casualidad. Y del grito de un galán de moda.

“Yo iba a ser violinista”, señaló Ana, que también toca el piano.



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“En realidad, nunca pensé en la actuación, pero cuando tenía 14 años me llamaron para hacer unas escenas en la telenovela ‘Alguna vez tendremos alas’, como parte de una orquesta que figuraba en la trama. El director me escogió para que el galán de la novela, Humberto Zurita, me gritara, y al señor le gustó cómo manejé la escena”, explicó.

Pero más le gustó a Layevska, quien a partir de ese momento se dedicó a prepararse como actriz en el Centro de Educación Artística de Televisa.

A raíz de eso obtuvo pequeños papeles en telenovelas como “Preciosa” y “Amor Gitano”, al lado de Mauricio Islas.

“Al año ya me había dado cuenta de que lo mío era actuar”, añadió.

Su consolidación como actriz ocurrió en el 2000, cuando el productor Pedro Damián la llamó para hacer un papel en la telenovela “Primer amor, a mil por hora”, al lado de Kuno Becker y, de nuevo, Mauricio Islas.

Esta interpretacón le valió los premios TV Y Novelas y Palma de Oro como la revelación femenina del año.

“Actuar es una forma de explorar otras realidades. Para hacer un papel como el de ‘El fantasma de Elena’, por ejemplo, yo leo mucho, analizo, escribo, investigo. Creo que la labor del actor consiste en una mitad de intuición y otra de inteligencia”, apuntó Layevska, quien se inspira en tres grandes actrices: Meryl Streep, Nicole Kidman y Jodie Foster.

“También me inspira la gente sabia, la que quiere ser más humana e ir más allá de las apariencias”, reflexionó.

“Pero soy realista y es cierto que en esta carrera el físico cuenta, y yo no soy una actriz de carácter, así que tengo que cuidar la imagen. Eso ya lo he aceptado”, añadió.

Ana, que en estos momentos está soltera, sueña con interpretar un personaje tan complejo y realista como la trágica Blanche DuBois de “Un tranvía llamado deseo”.

“Pero en estos momentos estoy haciendo un personaje tan rico, matizado y complejo, que no me puedo quejar. Simplemente lo estoy disfrutando”, finalizó.

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